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miércoles, 29 de diciembre de 2010

"LOS JUGADORES EMOCIONALES SE MUEVEN INTELIGENTEMENTE"


"En el futbol hay que enseñar con el corazón, no basta con la cabeza" "Los jugadores emocionales se mueven inteligentemente" Creo que el éxito formativo en el futbol, pasa por una enseñanza infantil y juvenil, que enfatiza las habilidades emocionales y técnicas por sobre las físicas."Los niños son muy creativos, de mucho potencial". Solo hay que saber encauzarlos. Por eso el sistema que se basa en la imitación de jugadas, recreándola realidad de un partido, por parte de los niños tienen buen resultado. "En general, en latinoamerica se retrasa al máximo la entrada al primer equipo, lo que ha generado que sus futbolistas obtengan un retrasó en los rendimientos de alto nivel o internacionales. No se entiende la necesidad de una educación futbolística tan larga". Uno se pregunta ¿Que habilidades se deben formar en la etapa juvenil? "Competencias, comprender el juego, como entender instrucciones y ayudar a los otros: todo el mundo aprende cuando está listo para hacerlo. A un jugador que lo tiene en juveniles hasta los 21 años, se le mata la creatividad, la inteligencia. Justo cuando más se necesita jugadores inteligentes y creativos".  Pero es más importante enfatizar la necesidad de entrenamiento y capacitaciones de quienes estarán dirigiendo a esos jugadores, este debiera ser el foco de atención principal, que es donde hay marcadas deficiencias, tienen que manejar habilidades esenciales y la forma de preparación. Deben evitar la decidía, la flojera, y pedirles más de lo que necesitan, actitud, habilidad, conocimiento, esfuerzo, voluntad, empatía. Deben tener un método que ayude al jugador a ayudarse a sí mismo, desarrollando su autoestima, su conocimiento del juego. Existe la sensacion en algunos paises latinoamericanos de no hacer nada bien, y a pesar de tener mucho temor al fracaso, no se hace mucho esfuerzo para superar las dificultades. Lo que percibe es esta especie de austeridad emocional en ellos y en los jugadores que caracteriza la relación con sus dirigidos. Una sensación parecida acompaña a muchos jugadores que tuvieron una formación semejante; es decir, sienten que lo que hacen nunca es suficientemente bueno y ello les hace perder la confianza en sus capacidades. Los sentimientos de incompetencia, cuando son irracionales, se originan en muchas ocasiones en una falta de reconocimiento en la formación, la que muchas veces además va acompañada por un exceso de crítica y falta de exigencia bien fundamentada.  ¿Ha observado usted cuántas veces se los critica por lo que hacen o dejan de hacer, en comparación a las veces que se los estimula y valora por lo que hacen? A falta también de entregarles las armas en su formación para que esto no ocurra. Seguro que les resultara muy familiar y cercano el ejemplo de apartar 10 para cada lado, darles una pelota y sin mediar indicación alguna el técnico observa 40 o 50 minutos de "futbol" parado en al costado de la cancha. Enseñar ( a cualquier edad ) es corregir, es alentar, mostrar cariño, es demostrar conocimiento, actitud, ganas, no olvidar que también se enseña con el ejemplo, reconocer potencialidades y fortalecer a los jugadores en su seguridad para hacer las cosas bien. Lo que las personas grandes hacen realmente bien es aquello por lo que han sido reconocidos explícitamente en muchas ocasiones. Así, por ejemplo, esto sucede con alguien del que se ha dicho que es gracioso y cuenta bien chistes, hasta un arquitecto al que le valoran las casas que diseña o con un pintor que recibe reconocimiento por los cuadros que pinta. Los DT tienen temor, la mayor parte de las veces infundado, a reconocer los méritos de los jugadores, lo que se refleja en ese comentario tan folklórico: "con su deber no más cumple". ¿Se imagina lo gris que podría ser su vida si las personas que lo rodean tuvieran frente a sus esfuerzos una actitud semejante? Sentir la valoración por lo hecho produce una sensación "calentita “que se origina en el sentimiento de sentirse bien consigo mismo. La capacidad del esfuerzo en las personas y en los jugadores no es una excepción, se aumenta enormemente por dos variables, el éxito obtenido y el reconocimiento recibido por lo hecho. No se trata de inventar logros, sino de tener la inteligencia emoción al  reconocer lo que los jugadores hacen bien o en aquello en que están progresando, ya que este reconocimiento es uno de los mayores estímulos que usted puede dar a su crecimiento personal, para la confianza en sí mismo, y además un estímulo poderoso para aumentar su interés por aprender. Sí a uno le preguntan cómo fue su infancia, recuerda olores, sensaciones. Todo lo que fue dicho a la cabeza, queda fuera. Por eso en el futbol se debe educar con el corazón y con el conocimiento. Es la gran diferencia respecto de cómo enseñan acá.
Reflexione el Tema:
1) Muchos entrenadores no conocemos el juego. De jóvenes jugábamos más o menos bien, llevamos más o menos tiempo entrenando, pero no conocemos realmente la complejidad del juego.
2) Tenemos un gran fondo de ejercicios, hay una fiebre -acelerada por los modernos medios de difusión- por anotar ejercicios, ejercicios, ejercicios. Pero no sabemos cómo usarlos ni cuándo, porque, de nuevo, el conocimiento del juego no es amplio. La gente no quiere estudiar, no quiere "artículos", quiere "tablas de ejercicios" -si es en vídeo o DVD, mejor aún, así hay que pensar menos, sólo mirar-; decimos "no, no quiero cosas de leer, quiero ver ejercicios, lo otro es mucha teoría", y olvidamos que la práctica sin teoría es -dijo alguien- un potro desbocado. También está ya dicho que no hay nada más práctico que una buena teoría. Y que si no soy capaz ni de entender ni de elaborar teorías, es que tengo una absoluta pobreza no sólo teórica sino, lo que es peor, PRÁCTICA: sólo atesoro RUTINA.
Quién conoce el juego, quién analiza a su equipo y quién sabe ponerse en la piel de sus jugadores, no necesita muchas "tablas": podrá diseñar miles de ejercicios por sí mismo.
3) Aún con un buen conocimiento teórico y práctico del juego, no es lo mismo CONOCER que ENSEÑAR. Hay muchos entrenadores titulados, pero no tantos DOCENTES. Lo mismo que en la enseñanza "normal": hay muchos profesores, maestros. Pero, realmente buenos, no hay tantos. La docencia es un trabajo absolutamente VOCACIONAL. Quién no tenga imaginación y obsesión por enseñar, nunca podrá ser docente. Y eso no creo que se pueda estudiar, se siente o no se siente.
4) "A los hijos, todos los niños,  jugadores  y a nuestros semejantes en general no se les puede halagar, porque entonces pierden la disciplina, el respeto, y se relajan". He oído muchas veces esta frase.
Dudo mucho que quiénes piensen así puedan enseñar bien, puedan hacer que alguien ame su trabajo y fomenten la creatividad. Podrán obtener rendimientos, es posible, pero por el temor, por la rigidez; nada que ver con la alegría, la ilusión, la iniciativa que tú aludes, Alberto. Y hay muchos padres, muchos maestros, muchos empresarios, muchos entrenadores que están de acuerdo con esa frase.
5) Por el lado contrario, las nuevas pedagogías surgidas en los setenta, aquéllas que dicen, poco menos, que los entrenadores, los maestros, los padres somos una especie de torturadores,  castradores si no nos ponemos en el mismo plano que los hijos, los alumnos, los jugadores; que el aprendizaje es por medio del juego, sin esfuerzo.
6) Muchos tenemos complejos que nos impiden soltarnos y mostrarnos a los demás tal como somos, con nuestras creencias y nuestras dudas. Sobre todo estas últimas, y menos ante nuestros subordinados, nuestros jugadores así es difícil crear equipo, desde luego.
7) Las novedosas teorías del entrenamiento intentan hacernos comulgar a todos con la idea de que sólo hay una forma de trabajar: el modelo globalizado o integrado. Esa forma de trabajo, que obliga a mantener un determinado ritmo para integrar las exigencias físicas con las otras componentes, no permite parar para aislar, para corregir, para discutir. Sin debate y sin corrección no hay mejor posible.
En mi opinión, cada vez SE ENTRENA PEOR, porque el "fundamentalismo integrista" impide la enseñanza y el conocimiento del juego. Así encontramos tantos jugadores explosivos, presionan tés, peleones.... pero que cometen errores técnicos y tácticos inconcebibles.
A veces me pregunto qué diablos harían los jugadores actuales con botas como las de hace pocos años, con campos impracticables como había no hace mucho, con balones que parecían piedras y con un entrenador para todo un equipo (Y no como ahora, que el equipo más humilde tiene al menos tres técnicos)
 En USA encontramos  un modelo dominante de entrenador, que también vemos en otros lugares de latinoamerica, pero que allá creo que tiene más presencia:
- Poca o nula intervención en los juegos, el entrenador no juega nunca con los chicos, para no perder "respeto". Bromas, nunca; risas, casi prohibidas.
- Muchos ejercicios diferentes en la sesión, cambiando continuamente de actividad. Explicaciones, casi nulas ("enseña el juego, no el entrenador", dicen).
- Todo el día viendo vídeos de ejercicios, pero casi nunca leyendo sobre fútbol.
- Conversaciones con los jugadores, escasísimas, cortísimas y tácticamente pobrísimas.
- Nula implicación personal con los problemas de los chicos.
- Entrenamientos integrados (allí les llaman "Economical training")
Dicen, y pude comprobar que es cierto, que los jugadores y jugadoras norteamericanas tienen muchísimas virtudes (honestidad, coraje, disciplina, respeto), pero que adolecen de FALTA DE CREATIVIDAD. ¿Podría ser de otra manera?, ¿Me pregunto hago la pregunta?


ALBERTO SCHENFELD
JUAN
RECOPILACION FUTBOL FORMATIVO